Un propósito
Desde hace más de 150 años, las primeras fueron plantadas en el siglo XIX, las «olivas» de nuestra familia han ido pasando de generación en generación, las cuales han custodiado en el transcurso del tiempo el buen saber hacer y el empeño en el cultivo y explotación, con infatigable esmero, como parte de la tradición familiar.
Invirtiendo los términos podríamos aseverar, que han sido cada una de las generaciones de la familia las que han ido transitando por las olivas como parte de un proceso según el cual el patrimonio es temporalmente asignado para su cuidado, pero permanece invariable en el tiempo.
Tradicionalmente, como para muchas de las gentes de la zona, la producción de aceite servía para cubrir las necesidades familiares anuales de este producto, que eran muchas, dado que constituye una de las bases de nuestra alimentación además de servir para múltiples utilidades como la conservación de alimentos, elaboración de jabón y de toda clase de remedios caseros.
Enraizada sobre la más pura tradición, hace unos años constituimos una Sociedad Agraria de Transformación (SAT) denominada «Quinto del Cuartillejo» integrada exclusivamente por miembros de nuestra familia con el objeto de comercializar el que siempre ha sido nuestro aceite.
El producto
«Quinto del Cuartillejo»
integrada exclusivamente por miembros de nuestra familia con el objeto de comercializar el que siempre ha sido nuestro aceite.
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